Patagonia a la carta

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El siempre inquieto empresario gastronómico Emilio Peschiera debuta con Carneros, un asador patagónico que se ubica en el mismo lugar donde por más de una década funcionó el restaurante Emilio. Es primera vez que se aleja de las claves peruanas que inundan su cocina para abordar un antiguo amor por la gastronomía patagónica y magallánica, aquella marcada por el mar y el fogón. Así, por ejemplo, en los piqueos puede optar por unas Empanadas de Chupe de Centolla o por la curiosidad que representan los Pejerreyes del Estrecho arrebozados con salsa tártara, muy al estilo Fish and Chips, que invitan a mancharse los dedos con cero culpa y mucho sabor. Las entradas están marcadas por los productos marinos, entre ellos los Ostiones australes que protagonizan el Cebiche de Ostiones de glaciar al ají, miel y merquén, y también Tiradito de Ostiones Magallánicos y Langostinos Atlánticos. En el principal no puede faltar el alma mater del restaurante: Cordero al Palo, al fuego abierto durante cuatro horas, al más puro estilo Patagónico. Capítulo aparte es su oferta de centolla, que de julio a diciembre se trae diariamente y que en su periodo de veda está congelada, pero con cariño, destacan. Ojo también con su carta de carnes a la parrilla, donde hay varios especiales contundentes.