NUESTROS INICIOS

Creamos el Club de Amantes del Vino el año 1997 con el objetivo de convertirnos en el vínculo entre las viñas y los Amantes del Vino.

Fue así que dimos con la idea de formar un Club en que cada mes pudiéramos presentar distintas viñas mediante el envío de una o más de sus etiquetas junto a un catálogo especializado que además de entregar información detallada de las viñas, incluyera el listado completo de los vinos que comercializábamos considerando precios preferenciales para nuestros socios y un programa de actividades tanto para educar el consumo como para hacer que nuestros socios vivieran “la experiencia del vino”.

Actualmente seguimos creciendo en suscriptores mes a mes en todas las ciudades del país manteniendo el móvil de nuestra Pasión..  El Vino.

NUESTROS PILARES

SER UNA COMUNIDAD

Somos la Comunidad de vinos más grande de Chile. Una
comunidad en la que los que participan de ella también
aportan, en la que tenemos ritos de los que somos parte.

Despertar la Pasión por el vino

No somos cualquier club, somos un club de vinos y por tanto no sólo debemos ser un referente y una comunidad, debemos lograr despertar mejor que el resto todo lo sensorial y emocional que rodea al vino. Debemos estimular la pasión por el vino.

Ser Referente

Este pilar es constituyente de nuestra razón de ser. Sin
educación somos uno más, sin educación de valor, nuestros socios perderán una de sus razones
más elementales de su relación con nosotros. 

Nuestro Propósito

Nuestro propósito se hace cargo de tres aspectos fundamentales: compartir, disfrutar y conocer. Compartir, tiene que ver con nuestra vocación y quehacer diario. Tenemos, en nuestra esencia, un rol evangelizador respecto al vino que nos recuerda que el vino es para todos. Para los que son entendidos y los que no, para las mujeres y para los hombres, para los jóvenes y para los que no lo son tanto. Disfrutar, por su lado, se hace cargo de la relación primaria que nosotros y nuestros socios tienen con el vino: disfrutar y pasar un buen momento alrededor de él. Conocer, a su vez, se hace cargo del lado más racional, y nos recuerda que el disfrute sin conocimiento tiene menos valor y puede ser vacío o superficial. No podemos caer en la tentación de compartir sólo disfrute superficial ni tampoco conocimiento aburrido.