Territorio campesino

Cercano a viñedos y a la vida rural de la provincia, este comedor destaca por su comodidad y sus versiones de comida criolla huasa, con toques marinos y guiños internacionales.

Una casona en medio del campo, de cara a un viñedo en el que es posible empaparse del ambiente
vitivinícola. Todo suena, huele y sabe a Colchagua, sobre todo si se trata de un espacio alusivo a la que, quizá, sea la zona más huasa de Chile. Aparte de una lista considerable de vinos de todo el valle, tanto por botellas como por copas, es posible maridar esa selección con una lista en la que aparece equilibrio entre preparaciones tradicionales de campo y mar. Por ejemplo, desde la sencillez singular de unas Empanadas de prieta y queso, como también de Cebiche de algas o la delicadeza poderosa de un Carpaccio de lengua de vacuno. Hay alusiones internacionales, claro, pero el
sabor campestre manda. Eso ocurre en la generosidad de la Plateada a la cacerola, o en sus costillares asados o bien en un plato especial: el Endiablado, sobrecostilla de vacuno al ají cacho de cabra y risotto de champiñones.  Es decir, una mirada centrada en lo local, sin dejar de guiñar a lo internacional.