Un fogón carnívoro

La buena carne y la mejor atención caracterizan a este restaurante ameno y amistoso.

Ni parrillada ni parrilla, sino un restaurante de venta de carnes a las brasas. Así define su local “el Momo”, es decir su dueño José Manuel Melaj, quien desde hace casi tres años está instalado en pleno Barrio Italia. El origen de este local está hace más de un lustro en Puerto Varas, que dejó por venir a la capital donde pen- só en hacer un café para luego dar paso a la idea de este fogón, que ha tenido un merecido éxito. “Tal vez el secreto del éxito sea que no hice el restaurante para ganar plata, sino que para hacer algo una vez jubilado, atender correctamente al público y tratar de hacerlo bien”. Aunque tiene muchas variedades de carnes, este fogón se destaca por tres: el asado de tira o costillas, la punta de picana o colita de cuadril y las entrañas. Son platos de tamaño grande. El asado de tira es de 720 gramos, y los lomos de 400 gramos. Otra cualidad es que ma- duran las carnes, al estilo “antiguo”, como lo hacían los campesinos, lo que permite que la carne “se suelte” y este más blanda. Hijo de argentinos y con hijos argentinos, Melaj dice que su éxito proviene también de la buena atención, con él mismo o con su hijo “Momito” siempre presentes entre las mesas para atender a sus comensales. Una experiencia digna de comerse.