Un oasis de buena comida

Una alternativa pensada en acompañar cada copa de vino

L a cocina de La Bodeguita de Miguel Torres se autodefine como “comida de producto local para el vino”, lo que declara la importancia del vino en medio de su carta, que recientemente se ha modificado para ofrecer alternativas más relajadas, más de “bodeguita” que de restaurante de mantel muy largo. En la ubicación privilegiada en el eje de Alonso de Córdova, en las cercanías de Vespucio, el restaurante de la viña Miguel Torres en la capital -tiene otro bastante conocido en su bodega en Curicó- se yergue en una luminosa y vidriada locación, de amplios espacios, que cuenta además con una tienda de tránsito obligado antes del ingreso al restaurante, que merece el paso por la cantidad de productos que ofrece, que va más allá de los vinos de Miguel Torres Chile y Torres España. Su carta, remozada como se ha anotado, abre con su sección de Tentempié con ofertas como Empanadas de mechada y queso de cabra, Croquetas de Prieta, Ostras Chilotas, Empanada de pastelera de choclo y tomate, Montaditos de Sopaipillas y Empanadas de Jaiba. Continúa con platos ligeros como el Pejerrey al dedo y los Ostiones gratinados para dar paso a su “cocina central” donde conviven desde la tradicional Lisa a la Teja hasta el Lomo a las brasas. Por cierto, no deje de poner atención a su carta de vinos. Hay muchos imperdibles a precios bastante razonables que se replican en las estanterías de su tienda aledaña. Salud por eso.