Hacia un camino propio

Grata terraza y ambientes para una cocina de corte internacional. Cocina de influencia peruana que poco a poco va tomando una personalidad singular, cercana al gusto de una ciudad llena de diversidad en términos gastronómicos.

Son 13 años de trayectoria, en el barrio más conspicuo de la ciudad a la hora de comer. La comodidad de espacios, el profesionalismo de su servicio, supo resaltar junto a una oferta culinaria en principio peruana a secas. Por lo mismo aparecen cebiches, tiraditos, causas, aunque eso ha ido mutando, conforme se ha ido asentando en el corazón de los antofagastinos. Prueba de eso es su Picoteo Chile Lindo, con camarones al ajillo, pescado frito, mariscos y un pastel de loco, que se acerca a una cocina más sureña y costera. Lo mismo con la inclusión de carnes como los asados de tira, la entraña o pescados como el salmón y la merluza austral. Esto crea un delicioso contrapunto que se une a una coctelería de corte clásico y un listado de vinos que sabe regar con gracia, una oferta que, poco a poco, toma camino propio en lo que a sabores respecta.