Volver a empezar en el sur

Desde este septiembre comienza el reparto a domicilio de un lugar que, a través de esta modalidad, busca expandir la calidez de su original propuesta a toda la capital magallánica.

No es fácil volver a comenzar, mucho menos frente a realidades diferentes. No se trata de decir “¿en qué íbamos?” como en el caso de La Marmita de Punta Arenas. Acá pasaron de ser un cálido enclave de turismo y cocina entre lo internacional y lo criollo, a un cierre obligado por meses. La vuelta es como muchos, en clave delivery, con una mirada hacia el vecino magallánico. De partida la carta se vuelca a la generosidad, con una selección de pastas para dos “donde comen tres o más”, indican. Ñoquis con salsas de quesos o mariscos; raviolones en cuatro rellenos (zanahoria jengibre, zapallo camote, queso crema y tomates deshidratados), aparte de lasañas clásicas, forma su primera oleada pensada para compartir. La segunda va de la mano de tres tipos de tablas y por los flancos, una larga selección de helados, más pisco sour y cerveza en buena cantidad. Lo anterior es, en  realidad, el refuerzo para sus platos más reconocidos, que perduran pese a todo: Pescado a la lata con lo más fresco de la caleta, Merluza austral con legumbres, Carne de guanaco hecha bourguignon. Tres ejemplos de una  identidad que no se suelta, ni en los peores momentos. No hay pandemia que valga para uno de los comedores más reconocidos de la capital magallánica.