La luna y la estrella

El encanto de la cocina turca moderna en plena capital.

Fue en 2014 cuando el cocinero nacido en Estambul Onur Erdemir decidió instalar el primer restaurante turco en la calle Manuel Montt, donde permanece hasta hoy. Se trata de una casona antigua, remozada, agradable y obviamente ambientada con la decoración tradicional de su país, incluyendo por cierto la bandera de la luna menguante y la estrella. Su nombre, Meze, refiere a una de las fortalezas de su carta: la variedad de entrantes, de entremeses, picoteos o tapas. Allí puede
encontrar el popular Humus solo y con variantes: Köfteli -con albóndigas turcas- y Karidesli Sicak -con camarones salteados en mantequilla. También Burgol relleno, Hojas de parra, Berenjenas ahumadas, Falafel vegetariano, entre varios, que según la tradición se suele acompañar de Raki, el popular licor anisado que comparte con varios países del oriente mediterráneo con sus propios nombres: Ouzo en Grecia y Arak en el Líbano y Siria, para dar un par de ejemplos. Acá puede pedir una variación interesante: el Pisco Sour Meze, que incorpora el toque anisado clásico. En los fondos hay clásicos como Manti, la pasta típica turca, además de platos con cordero como es tradicional: Sebin Tabagi (arroz con mantequilla sobre carne de cordero) y Begendili Kuzu (cordero cocinado en salsa de tomate de la casa). Para comer con la mano: el popular Döner Kebap (vacuno) y su variante Keyti (mezcla de vacuno y cordero). El té y el café turco coronan una experiencia de aromas y sabores imperdibles.