Una cocina con personalidad

Lo internacional es clave en este amplio recinto viñamarino. Es el toque desde la cocina el que marca la diferencia, creando gratas sensaciones frente al mar.

La vocación cosmopolita de Sheraton Miramar es notoria. Es la arquitectura, sus terrazas, el desafío de ofrecer comodidad contemporánea sobre las olas viñamarinas… y, por supuesto, a través de la comida. Travesía, su comedor más extenso, se encarga de aquello, gracias a una lista de platos reconocibles para muchos. Desde una Clam chowder, la universal crema de almejas, hasta porciones de quesos italianos, pastas, arroces, filetes de vacuno gratinados. Dónde se diferencian: en la prestancia de un servicio atento y en el equipo comandado por Luis Díaz, su joven chef, que se las arregla para demostrar que su mano pesa en la carta. El frescor de su cebiche con lo que pueda llegar del día, o en un Pastel de salmón y quínoa donde se siente un delicioso sabor de fondo, convirtiéndose en un imperdible. Por supuesto, atención con su extenso buffet de almuerzo. Una carta de vinos amplia, ideal para cualquiera de sus comida, cierra el círculo en uno de los comedores más llamativos del borde costero de Viña del Mar. Uno, además, con vista costera garantizada.