Casillero se reinventa vestido del Maule

La icónica etiqueta acaba de presentar en el mercado mundial tres nuevas etiquetas, dos de ellas provienen del Maule confirmando el enorme potencial de este valle.

08 de Junio de 2018

POR ANA MARÍA BARAHONA A.

La bodega de Puente Alto de Concha y Toro está a tope. Mientras se recibe uva para Don Melchor, el flamante director técnico de la viña, Marcelo Papa prueba muestras de botella y de barrica junto a Héctor Urzúa, el enólogo que tal como él lleva casi 20 años en la compañía y está a cago de los campos del Maule.

La idea de juntarnos con Papa y Urzúa responde a las nuevas etiquetas de Casillero del Diablo lanzadas en abril pasado en un evento de corte social. Marcelo quiere contarnos in situ y con el responsable del grueso de esos vinos qué se traen con estos nuevos Reserva Especial de etiqueta roja y Diablo.

A Héctor le toca lidiar con el campo propio más grande de Concha y Toro: Pencahue con 1.060 hectáreas plantadas y con la nueva estrella: Cauquenes, un campo propio de 300 hectáreas donde se lucen cabernet sauvignon, carignan y syrah. “Es un campo muy especial, que tiene una gran luminosidad, sus suelos rojos, su brisa”, dice Urzúa.

Casillero tiene la clásica línea blanca de reserva, se agregan estos Reserva Especial que son un sauvignon blanc y chardonnay de Casablanca, y un cabernet sauvignon de Cauquenes, los Reserva Privada, Red Blend, Leyenda y Devil´s Collection. Punto aparte es Diablo que también fue lanzado recientemente.

En el caso de los Reserva Especial el sauvignon blanc es el clásico exponente bien logrado de Casablanca, cítrico, herbal, mucha fruta blanca en una boca jugosa y amable. En el caso del chardonnay también 2017, casi sin madera, en nariz aparecen ciertas tonalidades más dulces para abrirse luego a una boca de rica acidez y jugosidad. Ambos vinos tienen la autoría de Javier Solari.

En el caso de los tintos, Reserva Especial cabernet sauvignon de Cauquenes es mucha fruta negra en una boca jugosa, muy frutal. La suficiente cuota dulce pero con algo nervio que aporta ese tanino más poderoso de Cauquenes como confirma Urzúa.

Diablo no dice por ninguna parte Casillero ni Concha y Toro pero es una imponente botella que exuda al personaje y su leyenda. Y un estilo que evoca sensualidad y atractivo. Un vino ´para gusto de nuevos consumidores, sin duda. Mezcla mayoritaria de cabernet sauvignon, con syrah y malbec de Pencahue.

Es un vino de pura fruta negra, con hojas de té, chocolate, higos de un tanino dulce y envolvente y en términos técnicos y marketeros fue envejecido por 6 meses, 6 semanas y 6 días (666) dando vida a un vino llamativo y muy comercial. Como explica de manera perfecta Marcelo Papa, está Armani pero está Armani Exchange, a ese público apunta este vino…y lo consigue con creces.

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