CRÍTICA DE RESTAURANTES. La Casa Vieja: dicen que soy aburrido

Sus restaurantes en Providencia y Vitacura comparten un ADN de ligereza rayana en lo soso, que grita por una nueva mirada de sazón.

Autor: Carlos Reyes M.

02 de Septiembre de 2019

¿Qué pasa que los pebres ya no pican? Ocurre en demasiados locales de Santiago. El tomate (larga vida, desabrido) más cebolla, limón y cilantro, se despojan de su sustento de ají desatando la anemia. Es posible sobrevivir así, aburrido pero se puede. Si ese indicio se extiende a la carta se transita por la vida más bien con pena. Eso ocurrió en las visitas hechas a estos comedores herederos del original que existió en Ñuñoa. Hay que decirlo: la experiencia culinaria en Vitacura estuvo mejor que en Providencia. Hay más espacio y menos ambiente que recuerde un set de TV. También más consistencia carnosa en el corte estrella de la casa: la Plateada ($ 7.290), que ofreció mayor resistencia al chuchillo y un sabor grato, aunque no para tirar petardos. Mejoró con las Papas chaucha ($ 2.790) igualmente crocantes en ambos lugares.

En Vitacura la Palta Reina ($ 5.290) llegó más grande y similar en textura y timidez de sazón. El Arrollado huaso ($ 6.490) servido en Manuel Montt llegó con tomate (larga vida), puré de palta y merkén espolvoreado como por compromiso: no mejoró la palidez de su sabor. Mejor prestancia hubo en las Calugas de pescado, ligeras, crocantes, aunque desechan el batido clásico para adentrarse en la peruanidad del panko (¿?). También en la Merluza austral ($ 7.490) con mariscos salteados al ajillo ($ 2.990), que tenían la expresión necesaria para jugar bien con un pescado delicado. De postre un Flan ($ 3.190) resultó mucho más cremoso en la zona alta, por su cocción paciente y a menor temperatura. La Ponderación, fuera de carta, se sirvió en Manuel Montt y fue una suerte: fue una fritura tosca y fría, puesta bajo un helado de bajísima calidad.

¿Conciencia de clase a la inversa en La Casa Vieja? En realidad no. Más bien el vitacurense funge como el hermano mayor que asimila la experiencia del viejo comedor de avenida Chile-España. El otro es menos prolijo, aunque ambos comparten un ADN de ligereza rayana en lo soso, que grita por una nueva mirada de sazón. La que necesita un buen comedor chileno-centrino.

De los vinos: carta básica, casi elemental. Más allá de acuerdos comerciales con distribuidoras, la oferta de vinos hasta en estilos más clásicos, ha crecido con los tiempos. Se ruega tener muchas más opciones por copas. Mención aparte para la atención, de garzones dedicados, rápidos y pacientes, a medida que se llenaban los locales.

Dirección: Av. Vitacura 8411, Vitacura y Manuel Montt 1631, Providencia.
Teléfono: 222020355 (Vitacura) y 222047624 (Providencia). 

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