Crítica de restaurantes. Le Bistrot Viet: sentido común

Lugares como este comedor vietnamita de Santiago Centro merecen que la burocracia les dé una mano, así como a tantos otros que sufren –y a veces mueren- esperando un timbre, un permiso.

Autor: Carlos Reyes M.

10 de Abril de 2019

Señores del Concejo Municipal de Santiago: les concedo, como parte de su trabajo, que analicen con cuidado dónde y a quienes le otorgan patentes de expendio de alcohol. Pero de igual modo les sugiero afinar su sentido común y comprobar que lugares como Le Bistrot Viet merecen un trámite eficiente. No más de medio año de papeleos (al cierre de esta crítica) para un espacio que por mucho no es un tugurio y donde la comida vietnamita, se expresa como en ninguna otra parte de la ciudad. Quizá del país.

Les adelanto un poco, para que se enteren: goza de amplios ambientes, en el segundo piso de un centro comercial a escala humana, como supongo les gusta. Tan preparados están para recibir el mentado permiso, que tienen una lista de tragos sin alcohol llenos de matices que ayudan, en parte, a maridar platos con estilo. También limonadas y jugos dignos de atención ($ 3.000).

A veces esos líquidos alcanzan para ir a la par, con platos que forman parte de lo más conocido de un país inmenso de cocina. Los Nems de cerdo y camarones ($ 5.200), masa de arroz crocante, caliente, de un relleno equilibrado en sabor de las dos carnes, aliño comedido en su interior, contrapuesto al sentir potente de sus salsas –la del plato, más siracha, soya y la nuoc nam- generan una prestancia notable. De fondo hay ensaladas llamativas en tamaño y estética. O las sopas Pho, cocinadas por horas y horas hasta soltar uno de los mejores caldos filtrados en Santiago. También detalles del chef Gaetan Eonet como su Filete de merluza, cubierto en una hoja de arroz, que pierde su crocancia cuando se somete a un curry con leche de coco y especias ($ 9.800); expresivo pero no explosivo, que acompañados con fideos al ajo ($ 3.200) suma poder. Más ligero en sazón es el Mi xiao de pollo ($10.800: puede ser de cerdo o tofu) con una base de fideos de trigo crujiente con un salteado de carne con verduras y champiñones –aburrido si no se sazona- pero que entrega una consistencia diversa que entretiene.

Como sea, un espacio que aporta con platos que no se ven otros sitios del estilo. Aunque a veces tenga tropiezos como en la Crème Brûlée ($ 3.900), liberada de su molde y muy densa por ende, fría en la base y tibia arriba, alejada de cierta tradición francesa. Aunque quizá lo deseen, por eso del recuerdo colonial que sin embargo, no se les fue del todo en la cocina. El placer del alcohol bien ponderado les llora. Merecen entonces que la burocracia les dé una mano, así como a tantos otros que sufren –y a veces mueren- esperando un timbre, un permiso.

Dirección: Padre Luis de Valdivia 333, Santiago Centro. Teléfono: 232483271.

 

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