Hecho a sí mismo

Juan Sutil

Autor: Alejandro Jiménez

20 de Mayo de 2020

ENTREVISTA: ALEJANDRO JIMÉNEZ / FOTOGRAFÍA: SEBASTIÁN UTRERAS

A principios de marzo de este año Juan Sutil Servoin (58) se convirtió, por amplia mayoría, en el vigésimo quinto de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), el principal órgano empresarial del país. Es fundador y presidente de Empresas Sutil desde 1982, holding agroindustrial que incluye a las filiales Coagra, Pacific Nut, Viña Sutil, Agrícola Sutil, Champiñones Abrantes, Frutícola Olmué y Banagro. Desde 1992 ha sido consejero de la Sociedad Nacional de Agricultura. Sutil, podría decirse con propiedad, se hizo a sí mismo. No fue a la universidad y prefirió emplearse. Su primer trabajo fue como junior en una empresa agropecuaria. A los 20 años se independizó para partir con su emprendimiento agrícola que lo ha llevado a la cima del empresariado. Juan Sutil nos contesta esta entrevista vía telefónica en medio de la pandemia del coronavirus, que lo tiene ocupado y preocupado, pero siempre al frente.

¿Tenía alguna relación con el vino cuando partió con viña Sutil?

En el año 1994 compramos los primeros campos en Colchagua, y en 1996 hicimos las primeras plantaciones. Los primeros vinos fueron el 2000. Mi relación con el vino era la de cualquier persona normal de entonces, es decir, por lo que se tomaba en la casa, en la familia; en esos años en que se hablaba poco de vinos. Hay que pensar que la gente se empezó a culturizar en esa misma época.

¿Cómo ha evolucionado en el negocio del vino?

Tiene de todo. Primero, tiene la oportunidad de expresar y ponerle mucho amor y pasión. En general, uno encuentra que los viticultores tratan de entregar lo mejor que consiguen en sus campos, pero que a la vez se trata de una industria difícil, que hay que empujarla constantemente, hay mucha competencia no solo en Chile sino en el mundo. Pero rescato la pasión que hay detrás. Es una de las pocas industrias de las cuales uno puede contar una historia del producto. En ese sentido, es un negocio muy duro.

Usted está en otros negocios agrícolas más dóciles, por decirlo de alguna forma...

Sí, claro, por ejemplo en el negocio de la fruta, congeladas o frutos secos, o bien en fruta fresca, uno hace un convenio y vende... no sé... 50 o 100 contenedores; te armas un pro- yecto, un programa a largo plazo. En el vino todo es tedioso, todo es difícil; las ventajas son también difíciles de destacar.

¿Por qué?

Porque precisamente son muchas las viñas que hacen las cosas bien y con pasión, entonces cuesta diferenciarse.

¿Y usted siente esa pasión por el vino?

Por supuesto. Por ejemplo, mira lo que nos pasó con Decanter y Acrux (Nota: Acrux apareció en la portada de abril de Decanter como uno de los Top Bordeaux blends from around the world). Eso es una tremenda satisfacción, un reconocimiento. La calidad, la trayectoria y la responsabilidad con que hemos hecho las cosas durante años. Es un reconocimiento también a nuestros enólogos: viña Sutil ha tenido solo tres enólogos a lo largo de su historia: mi fallecido sobrino Diego García de la Huerta, por quien lanzamos el vino Mixtio como homenaje; Óscar Salas, que hoy está en Santa Rita, y ahora Camilo Viani.

Por supuesto, y eso significa mucho esfuerzo, costos, y mantener la fe en que se pueden hacer bien las cosas. Fíjate en los reconocimientos que hemos tenido en los vinos Limited Release y en los Gran Reserva y el aporte que hacemos a través de nuestro hotel (viña La Playa), para mejorar la experiencia y el enoturismo; queremos hacer una contribución a través de eso al país, y eso es pasión no es plata.

¿Cómo han enfrentado la cosecha 2020?

Dificultades no hemos tenido, ninguna en términos operativos. Sobre los vinos, está por verse porque es una cosecha que se ha adelantado bastante. A una semana de terminar marzo gran parte de los tintos ya se han cosechado. Estamos con un mes de anticipación en los carmenères, por ejemplo.

¿Está de acuerdo con eliminar el impuesto específico al vino y considerarlo un alimento?

Sí. El impuesto lo que hace, más que gravar a la industria, es restarle poder adquisitivo al consumidor. Y si ese impuesto fuera menor probablemente el consumidor podría por menos dinero acceder a mejores calidades de vinos. También hay que buscar equilibrios porque el Estado necesita recursos para precisamente apoyar obras que son superiores.

Es decir, no una exención total...

Creo que en una industria tan dura como la nuestra, si tuviera la posibilidad de tener menos impuestos específicos -porque ya estamos concurriendo con los impuestos de primera cate- goría más los impuestos territoriales y al trabajo, además del impuesto al alcohol-, entonces para mi sería una gran señal.

¿Cuáles serán los grandes desafíos para el futuro considerando el contexto de la pandemia?

Vamos a tener muchísimos desafíos porque esta pandemia no sabemos cómo va a continuar. Seguramente va a haber una disminución en los consumos, que va a generar menos ventas, más stocks, una crisis, sin duda. Y todo va a tener un efecto sobre los precios. En el mundo y especialmente en los países turísticos, desaparecieron los clientes y eso también va a golpear a los vinos de mayor valor. Por otra parte, creo que va a haber un beneficio para los vinos de valor medio, de consumo habitual, porque el consumidor tiende a comprar más botellas de valor medio.

Siendo el rubro tan difícil, ¿ha pensado en dejarlo?

Somos empresarios de largo plazo. Las empresas son como los hijos, uno los quiere a todos por igual. Y estamos haciendo muchos esfuerzos porque la viña vaya cumpliendo sus desafíos y sus metas. Tanto así que mi hijo Nicolás tomó la presidencia y Felipe Bravo la gerencia general. Y le estamos poniendo los recursos independiente de lo difícil del negocio porque creemos que tenemos mucho que decir a futuro. Tenemos muy buena calidad, muy buenos terroirs, esta- mos en los tres valles más importantes y quizás de mejores calidades de Chile como son Limarí, Colchagua y Maule; tenemos mucho que aportar. Estamos comprometidos con una industria de calidad, de verdad, y es por eso que nos cuesta tanto crecer.

¿Cómo se define usted como empresario?

Pucha... no sé... como una persona que trata a través de la empresa de hacer el bien.

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