Italiano para las masas

Carmine, en Vitacura.

Autor: Carlos Reyes

21 de Abril de 2023

Ocurre que Casa Costanera posee una pretensión de refinamiento respecto de sus pares santiaguinos, perceptible a cada paso, en cada piso; sobre todo en su esperado cuarto nivel de comedores -abierto esta temporada tras años de espera- llamado a marcar diferencias sí o sí. Es en ese contexto donde Carmine da sus primeros pasos, con servicio de reservas eficiente, anfitriona sonriente, un ambiente de camareros rondando ágiles en un espacio de amplias terrazas y un salón que se repleta de personas en busca de que su comida italiana, sea distintiva. 

Es que la ambientación y esa actitud ítalo-global genera expectativas, que requieren de músculo para cumplirlas. Entonces, si el garzón se demora más de cinco minutos en atender y otros tantos en ofrecer un cóctel -el correctísimo, abundante y refrescante Spritz Carmine ($ 6.500)-; si ese mismo servidor desaparece y vuelve otro que avisa, al final de la cena, que está allí por cambio de turno; si las cuatro opciones de pan lucen la pátina de haberse cortado en la mañana -y haberlas dejado casi al aire libre- y servirse en la tarde… aparece la percepción de un comedor no dedicado ni detallista, sino uno basado en la producción en serie. Como el de casi todo mall que se precie de tal.

Mucha forma, poco fondo. La excesiva delgadez del Carpaccio di salmone stracia ($ 12.500), naufraga por no-sabor, que sí lo da la cremosidad de la stracciatella que lo circunda, a trocitos. Plato pensado para las multitudes, olvídense de la nonna. Lo mismo para la Risotto al azafrán con calamares y gambas ($ 14.900), que en realidad tenía más camarones que nada, con el arroz sabroso pero no a los mariscos y más bien reblandecido (ok, se les concede el que en Chile se coma el arroz menos “al dente”). En tanto, las pastas mejoran rellenas con el Sorrentino di ricota spinaci ($ 13.900), con la verdura sin sobrecocción, vigorosa en su sabor, donde el lácteo es consorte y no protagonista. En otras masas, un tema: Fetuccini con más huevo que masa, elásticos.

De postre, un tiramisú de buena masa y sin excesos de dulzor y una Torta de ricota e limone ($ 6.200) en clave deconstruida: la acidez destemplada pegada en pintitas, mientras que la base rezumaba dulzor igualmente falto de equilibrio, de textura, de orden. Es decir, sí, hay que criar bíceps para destacar dentro del barullo de un mall con pretensiones de más.

De los vinos: es el curioso caso de un restaurante con sommelier y sin descorche. Considerable carta de vinos por copas. También una lista de estilo más bien tradicional por botellas, abundante, de buen precio. De lo mejor en este lugar.

 

CARMINE
89 puntos

Especialidad: cocina italiana.
Carta de vinos: amplia, de corte tradicional, con buena selección por copas.
Sommelier: sí.
Accesorios asociados al vino: copas de cristal, decantadores.
Descorche: no tiene.
Ideal para: negocios, parejas.
Delivery: no tiene.
Área de reparto: no tiene.
Aplicaciones asociadas: no tiene.

Dirección: Nueva Costanera 3900, Vitacura. 4° Nivel Mall Casa Costanera.
Teléfono: +56 9 3206 6585 (mensajería)
Capacidad: 120 personas.
Consumo promedio: $ 40.000.
Formas de pago: efectivo, tarjetas.
Horarios: lunes a sábados de 12.30 a 15.00 y de 19.30 a 21.30 horas. Domingos de 12.30 a 15.00 horas (espacio para reservas).

Web: www.carminecucinaitaliana.cl
Correo electrónico: no tiene
Instagram: @carmine.cucina.italiana
Wi-fi: sí.
Disponibilidad de aire acondicionado: sí.
Disponibilidad de estacionamiento propio o valet parking: sí.
Acceso discapacitados: sí.

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