Randy Ullom: la conexión chilena

Autor: Ana María Barahona

15 de Marzo de 2023

FOTOGRAFÍA: SEBASTIÁN UTRERAS / PRODUCCIÓN: CLAUDIA MALUENDA

 

Randy Ullom fue recientemente elegido “Leyenda del Vino” por la revista norteamericana Wine Enthusiast, y sigue con la misma energía y pasión luego de más de 30 años a cargo de la enología de Kendall-Jackson, de los cuales parte importante tienen relación con nuestro país. “Me alegra ser reconocido por mis colegas, por mis compañeros de trabajo y espero seguir aportando en esta tarea, donde antes de ser enólogos somos agricultores... qué bueno que me lo entregaron antes de estar muerto ja ja ja”.

Randy comenzó su carrera en DeLoachVineyards y en 1993 llegó a Kendall-Jackson en California, siendo responsable de abrir bodegas en Mendocino, y ver oportunidades en Monterey, Santa Bárbara, Chile y Australia. Su Vintner ́s Reserve chardonnay se ha mantenido como número 1 de ventas en la categoría por 30 años en Estados Unidos.

-Con los premios, uno analiza su trayectoria. ¿Le pasó algo así?

Claro, especialmente cuando recuerdo que había tomado el camino de la ingeniería en minas en Utah, y de repente surge la posibilidad de venir a Chile a esquiar a Portillo, pero en pleno gobierno de Salvador Allende... Chile cambió mi vida. Un viaje de 30 días pasó a ser de tres años y durante ellos confirmé mi amor por el vino, visité viñas, y tuve una polola cuyo padre tenía negocios con comida y tenía una increíble cava en su casa. Me fui escapando de la dictadura, pero lo que viví en su país me hizo cambiar completamente los planes que había trazado.

-Claro, decidió estudiar enología y volvería a Chile...

El dueño de Kendall siempre supo de mi cariño por Chile, así que cuando ideó tener una marca en este país, pensó en mí. Son muchos años fructíferos con la viticultura de su país.

-¿Cómo ha cambiado la enología en estos 40 años?

Totalmente, y siento con mejoras permanentes. Es muy divertido lo que pasa con las prensas, y estamos volviendo a usarlas en vinos de alta calidad, por ejemplo. Todo es cíclico, o cómo la investigación ha ido ayudando tanto, como el enorme avance en los clones. Creo que un cambio fundamental es que hemos puesto los ojos en los pueblos, en los suelos, para desde ahí ver qué tipo de vinos debemos hacer y cómo expresar esos lugares; y nos hemos puesto más simples. Como sabes hay una empresa dentro de Kendall que produce barricas, maderas para vino y para mí ha sido increíble aprender, y sin duda ha sido toda una revolución para la enología entender este complemento, sus procedencias, volúmenes y tiempo que necesita cada vino para expresarse en plenitud.

-¿Por qué el interés de Kendall Jackson hace 30 años en Chile?

La idea original de Jess Jackson -y creo que lo hemos mantenido hasta hoy- es que Chile tiene muchas similitudes con California. Solo son seis meses de diferencia, con montañas, costa, costa con peque- ñas montañas, y hay neblina... Pero, especialmente, porque yo había recorrido sus viñas y eso era un avance para empezar a trabajar acá.

Cuando vine a Chile por primera vez como turista, la Estación Experimental de Cauquenes me pareció muy interesante y ellos me dijeron que era zona 2 según una escala de la Universidad de Davis para el cultivo de la vid, que implicaba que era muy parecido a Sonoma. Lo hice cuando llegamos con Kendall fue hacer muchos pequeños lotes para realmente ver in situ qué po- díamos producir en la bodega de Gillmore en el valle del Maule. Finalmente hemos mantenido el foco todos estos años en pro de la calidad más que la cantidad. Por eso hoy estamos tan orgullosos de mostrar Dákel desde el Itata, su alma de Quirihue.

-En el camino tomaron otras decisiones... la historia de Calina, Alcance. Perdimos de vista lo que estaban haciendo. ¿Fueron malas decisiones?

Yo no hablaría de errores. Estábamos tratando de entender el mercado de Chile dentro de sus fronteras frente al mundo... estuvimos experimentando. Quizás con algunas equivocaciones pero buscando siempre los mejores pequeños estate para mostrar su país.

-¿Cómo ha sido trabajar con Andrés Sánchez en ese camino?

Nos ha acompañado gran parte de ese camino. Cuando era solo un estudiante en Domaine Oriental... siempre ha sido un compañero apasionado y con mucho foco en nuestros proyectos. Tiene una cabeza y memoria fantástica para lograr traducir lo que nosotros queremos... En lo personal, además, un gran amigo y socio. Un hermano más joven ja ja ja.

-¿Por qué deciden partir de cero con un nuevo proyecto en Itata, esta vez solo de chardonnay y pinot noir?

Como Kendall Jackson estamos enfocados muy fuertemente en chardonnay y pinot noir, y cuando nos encon- tramos con este campo llamado Maricerro por nosotros, dijimos se parece a algunos campos en Sonoma y nos permitirán producir lo que sabemos hacer. Estamos muy cerca del mar, es un lomaje con un muy buen suelo. Nos enamoramos y estamos trabajando con distintos clones. Básicamente decidimos dejar los estilos Burdeos y sauvig- non blanc para el resto de Chile, y nosotros enfocarnos en chardonnay y pinot noir.

-Lo que puede resultar paradójico son esas variedades en un territorio que intenta rescatar y revalorizar los cepajes patrimoniales...

Creo que ese es un camino, y nosotros hemos tomado otro camino que también es la expertise internacional que tenemos. Ojalá después de un par de años seamos los adelantados, por habernos atrevido a plantar chardonnay y pinot en Itata. No estamos apurados y nos tomaremos todo el tiempo del mundo para seguir desarrollando Dákel.

-Es una apuesta de dos variedades donde Chile no tiene nombre todavía en el concierto internacional, a precio alto ($60 mil cada botella) y me imagino con un fuerte trabajo comercial en Estados Unidos.

Son difíciles las ventas a este precio para Chile, pero tenemos un gran equipo que está enfocado en estos momentos en cuatro estados y ha funcionado muy bien. Si me permite creo que esa es una gran deuda de la industria chilena: tienen grandes vinos, pero enfocaron sus ventas en los baratos, y es vital que se enfoquen en mejorar su imagen a través de precios más atractivos y que muestren el gran trabajo hecho en las últimas décadas.

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